Esta entrevista se puede escuchar en formato podcast:
Mi novio puede pasarse horas mirando videos de Corea del Norte en YouTube.
Nunca entendí por qué. Hasta que me encontré con “País de Vinalón”, el libro que escribió la politóloga argentina María de los Ángeles Lasa sobre su viaje a Corea del Norte. Antes de leer esta crónica, y más allá de algún que otro artículo leído en la Universidad, nunca había sentido un interés particular por el llamado “reino hermético”.
Corea del Norte es un país aislado del mundo: atrapado en una realidad exterior similar a los tiempos de la Guerra Fría, y gobernado por un régimen autoritario y cerrado, lo que ocurre puertas adentro es un misterio.
El libro de María me llegó por insistencia de mi mamá, “te va a gustar”, me repetía, “te va a gustar”. Tardé seis meses en darle una chance, y acá estamos. Pasados los primeros dos capítulos ya estaba escribiendo “Corea del Norte” en el buscador de YouTube.
“Corea del Norte quiebra la relación entre el tiempo cronológico y el tiempo psicológico, entre el tiempo físico y el tiempo mental. Te saca de eje. Te desestructura. Es otro mundo dentro de este”, escribe María en esta lúcida, irónica y satírica crónica de viaje en la que, con maestría narrativa, desmaleza los mitos alrededor del país de vinalón.

El vinalón es un material textil sintético que solo se produce en Corea del Norte. Se trata de una fibra dura, resistente, difícil de teñir, irrompible y costosa de producir. El vinalón, símbolo de la unicidad del país, es grismarrón y áspero al tacto. Es incómodo y desabrigado. Como Norcorea.
Desde chica, a la autora le resultaba fascinante la idea de un país completamente sumido en la incógnita. María Lasa se licenció en Relaciones Internacionales, obtuvo un Máster en Políticas Públicas por la Universidad de Oxford, y se doctoró en Ciencia Política en Camerino, Italia. Trabajó en varios organismos internacionales y fue galardonada en numerosas ocasiones por sus publicaciones.
De todos los países que conoció y sobre los cuáles investigó en su larga trayectoria académica, Corea del Norte, con su misterioso régimen social, su totalitarismo y su opacidad, seguía despertando en ella la mayor atracción. Entonces, en 2018, decidió viajar.
“Creo que, como humanos, tenemos como una compulsión a llenar vacíos de información”, me dice María en esta entrevista. “Y Corea del Norte es probablemente el único país en el que la asimetría de información se da en tres frentes: del mundo respecto a lo que pasa en Corea del Norte; de los norcoreanos respecto a lo que pasa con su gobierno; y de los norcoreanos respecto a lo que pasa en el resto del mundo. Creo que por eso nos genera obsesión”.
“País de vinalón”, el producto de este viaje a uno de los lugares más herméticos del mundo, es un libro raro. Tiene fragmentos que parecen sacados de un estudio de ciencia política y notas al pie que indican con precisión al lector dónde seguir leyendo temas de interés. Pero también está escrito lleno de sensibilidad y de humor. Está lleno de fotografías—de comida horrible y de selfies tomadas en los sitios más rocambolescos de norcorea—, de anécdotas y de lugares incorrectos.
¿Qué lecturas te inspiraron para este tipo de escritura que es muy híbrida, a medio camino entre el ensayo, el análisis político-sociológico y la crónica de viaje?
“Se nota mucho mi sesgo académico en el libro. Yo vengo de una formación académica muy dura. Entonces para mí, sentarme a escribir, significaba sentarme a escribir un paper. Pero me pregunté, ¿a quién le va a interesar leer un paper? El ámbito académico es un nicho muy chico. Entonces pensé que, si quería que tuviera más difusión (porque yo soy activista de la causa, para mí es importante que se conozca lo que pasa en Corea del Norte), le tenía que dar al texto una vuelta de tuerca”.
“Mi mamá es licenciada en letras, entonces ella fue una guía muy importante para ampliar mis lecturas y mostrarme que hay otras formas de escribir más allá de la académica. Antes de ir a Corea del Norte, leí una crónica de Daniel Wizenberg y me encantó. Dije: esto es lo que quiero hacer. Una crónica de viaje”.

Cómo
“Para escribir, empecé a tomar talleres con periodistas. Así aprendí sobre la transmisión mediante los cinco sentidos. Las experiencias sensoriales, que son académicamente irrelevantes, para la crónica de viaje son muy importantes. Me preguntaba, cómo te hago yo sentir Corea del Norte a través de la vista, el olfato, el tacto, el oído y el gusto. Fue un desafío grande porque hay que abundar en detalles, y tener mucha capacidad descriptiva. Además de limpiar todos los academisismos y notas al pie. No sabés lo que era el primero manuscrito. Parecía un paper, era aburrísimo”.
En el libro mencionás que tomabas notas en un cuadernito. ¿Cómo lograste registrar tanta información en ese momento y cómo trabajaste con las notas después? Considerando que no podías filmar, sacar muchas fotos ni llevarte ciertos objetos, por las restricciones del país.
“La fase de reporteo la tenía sobre-hecha porque hacía 20 años que venía leyendo acerca de Corea del Norte. Esa información la tenía medianamente resuelta. Pero una vez en el país, fueron muy claros con las prohibiciones fotográficas y de registro audiovisual. Tomé fotos, pero no tanto como me hubiera gustado, porque hay algunos lugares en los que explícitamente lo prohíben. Algo que me hubiera gustado mucho rescatar son los sonidos, la música. Yo no tenía el grabador ”.
“En un momento, la Señorita Cho [la guía de turismo norcoreana de la que María y el resto del grupo de turistas no podían despegarse] me pregunta, ¿por qué estás anotando tanto? Y yo le mentí, le dije, no, lo que pasa es que ustedes dicen cosas muy relevantes y yo tengo mala memoria, anoto porque después me olvido. Tenía miedo que ese cuadernito me lo revisaran, pero no lo miraron nunca. Creo que también porque no estaba escrito en inglés, sino en español”.

Cuánto
“Estuve seis años escribiendo el libro, no me salió de un día para el otro. Me costó pasar de la escritura conceptual, muy de la academia, a la metáfora, más de la literatura. Te puedo contar de Corea del Norte teóricamente (que es un totalitarismo represivo, con determinadas características sociales y políticas) o te puedo decir que estoy ingresando a un país en el que están prohibidos los relojes de pulsera: un país que controla el tiempo”.
“Yo quería lograr un punto medio entre el público especializado y el que nunca leyó nada de Corea del Norte. Aportar algo al que ya sabe un montón, y también al que no sabe nada”.
Además de escribir desde un profundo dominio de la teoría política y de la realidad de Corea del Norte, María de los Ángeles Lasa es graciosa. Muy graciosa. El libro está lleno de situaciones absurdas que narra con humor seco y ácido. También está salpicado de argentinismos: “Las bolufrases de Kim”, comenta Martín, otro argentino en el viaje, mientras hojea un libro espantoso sobre los dichos célebres de Kim Jong Il, el Querido Padre, en una librería de cuarta en Pyongyang.
“Sobre eso tuve muchos debates con mi editor. Mucha gente me dijo que es porque soy de Córdoba, entonces llevo el humor en el ADN. Pero para mí el humor muestra también una posición política. Yo quería reírme del régimen. No de la gente, porque nunca me me burlo de la Srta. Cho o del Sr. Kang [el otro guía de turismo que los acompaña], que no eligieron nacer allí ni eligieron su gobierno. Sí me burlo del sinsentido de las decisiones políticas y de la forma del totalitarismo”.

Además de la Srta. Cho, el Sr. Kang, y los compañeros internacionales del tour, el personaje que se lleva el rol protagónico en esta crónica es la mamá de María. Susana, profesora de piano y Licenciada en Letras, vive en Villa María, una ciudad en la provincia de Córdoba, Argentina. Resolutiva, crítica y perspicaz, se embarca con María en esta aventura.
¿Cómo termina tu mamá envuelta en un viaje a Corea del Norte?
“Los llamé a mis padres y les dije que me iba a ir a Corea del Norte. Mi papá me dijo estás loca, que cómo vas a ir a Corea del Norte, que es un peligro. Y mi mamá me dijo: yo te acompaño”.
“Mi mamá siempre dijo que es una antropóloga frustrada. Le gusta mucho viajar a países lejanos al nuestro en términos culturales y políticos. Ella es una persona muy orientada al detalle y me ayudó mucho a tener registro del entorno. Por haber estudiado letras y música, tiene una noción no sólo del texto sino del contexto, de todo lo que no se dice. Y en Corea del Norte es muy importante prestar atención a lo que no se dice. La narrativa corre por dos avenidas: lo que ellos te muestran, y lo que se ve pero no explicitan”.

“En el Paralelo 38 [la frontera que separa la comunista Corea del Norte con la capitalista Corea del Sur] mi mamá descubre que el dobladillo del saco de un oficial norcoreano está descocido y apolillado. Parece un detalle menor, pero es muy importante. Hablamos de un país fuertemente orientado a la militarización, y el soldado que presentan como la cara visible del régimen tiene el uniforme agujereado”.
En el libro, María tiene una observación puntiaguda. Se da cuenta de las distintas tonalidades en las que suenan las canciones, melodías desafinadas pregonadas en honor a una Corea maltrecha. “Mi mamá se daba cuenta de esas cosas. Su subjetividad de fue una forma adicional de documentación. Me complementó la mirada”.
Cuándo
“Los momentos que mejor me funcionan para escribir son después de las 6 de la tarde. Es como si bajara toda la intensidad del día, y me me puedo sentar a pensar”.
Dónde
“Siempre en un sillón cómodo. Generalmente sola, sin gente dando vueltas. Me encanta estudiar en bibliotecas, pero nunca pude escribir ahí, tampoco en cafés, porque necesito levantar la vista y ver el horizonte. Desde el sillón tengo un ventanal que me permite mirar hacia lo indefinido. Me despeja la mente. Las ideas fluyen mejor”.
Por qué
“Cuando se piensa en Corea del Norte, siempre se tiene una imagen muy caricaturesca de los Kim, o se tiene una idea completamente opresiva del país. Yo quería contar que, más allá de eso, hay gente que no eligió nacer en Corea del Norte pero que vive ahí, y son personas iguales que nosotros. Como el Sr. Kang, y la Srta. Cho, con sus dudas, con su preocupación sobre si se iba a casar o no”.
“Me interesa que se difunda lo que ocurre en Corea del Norte porque la causa de los norcoreanos y las norcoreanas me conmueve mucho. Me pregunté cómo le transmito a la gente una historia más allá de lo obvio, más allá lo que pueden leer en las noticias o en un paper. El activismo es el principal motor que me motivó a escribir”.
En el libro, María dice que nunca terminó de irse de Corea del Norte. Se explica citando al escritor Václav Havel: “Para una persona es muy importante saber que allá fuera, en algún lugar, hay gente a la que no le resulta indiferente su destino”.
Además
“País de Vinalón” está publicado por la Fundación CADAL, una ONG con la misión de de promover los derechos humanos y la solidaridad democrática internacional. A través del programa Corea del Norte Bajo la Lupa, buscan difundir la causa coreana y concientizar sobre la lucha por los derechos de los norcoreanos.
Por ello, el libro completo se puede leer (por acá) de forma gratuita. Te animo muchísimo a que le des un vistazo.
Más sobre la autora: María de los Ángeles Lasa trabajó en el sector público argentino, en organismos internacionales y para organizaciones de la sociedad civil. Fue Investigadora Visitante en la University of Texas at Austin y en la Universidad de Los Andes, y Profesora Invitada en la Universidad Torcuato Di Tella. Fue oradora TEDx en la Universidad Católica de Córdoba y en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires. Fue becaria del Gobierno de Italia, Fundación Carolina, Comisión Fulbright, Erasmus+ y Chevening.
Gracias por llegar hasta acá. Esta nota me llevó varias horas y golpes al teclado. Gracias a vos por leer, y gracias a María por su dedicación al contestar cada una de mis preguntas.
Bibliofilia es un newsletter literario quincenal que visita tu casilla los domingos. Crece con tu suscripción y cuando lo compartís con tus amigos y amigas lectoras 🌻
Si querés seguir conversando lecturas y autores, podés responderme a este mismo correo con comentarios y recomendaciones. Por acá abajo también te dejo la información de nuestro próximo Club de lectura.
Nos leemos estos días. Te mando un abrazo,
Jessie
Me encantó. Llegué a María por un posteo en LinkedIn sobre la presentación de su libro, y me enamoré de esta hibridez que retrata al académico poniéndose en el lugar del periodista. Hermosa edición, y qué cálida se la nota a María. 🙌🙌
Buenísima la entrevista, muchas gracias por compartirla 🫶🏻