Espérame en la última página es una novela de amor, pero no de romance. Es la historia de Silvia, una mujer que vive atrapada en el engaño de un hombre. Cada noche, Alain, como un Sherazade moderno y parisino, le inventa cuentos para retenerla a su lado. La ilusiona con que dejará de verla como una amante y que, al fin, será la única mujer en su vida.
Pero las promesas se deshacen pronto, y Silvia se ahoga en la angustia. La infelicidad se asienta en su pecho y la consume. Una amiga, entonces, le sugiere que consulte a un terapeuta. Y este, de métodos poco convencionales, le receta literatura: los libros, a diferencia de las relaciones, son un amor que siempre le corresponderán.
“Era algo en lo que siempre había pensado”, dice la autora, Sofía Rhei, en esta entrevista. “Desde la infancia, encontré grandes amistades e ideas consoladoras dentro de los libros. Pienso que la ficción puede contribuir a procesar las emociones y la complejidad de las relaciones humanas”.
Sofía Rhei, española, se describe a sí misma como una escritora “todoterreno”: escribió tanto poesía como literatura infantil, libros juveniles y para adultos, además de relatos de ciencia ficción y cuentos fantásticos, que fueron publicados en múltiples colecciones y antologías.
Al momento de escribir esta historia, salía de una relación amorosa que la había sacudido, “estaba en un estado emocional cercano a la depresión”, me cuenta. “Sentí que necesitaba hablar de esas emociones que me habían llevado a lugares tan oscuros”. Y de los libros, también, que la ayudaron a encontrar el alivio.
Leí la novela una sola vez y hace mucho tiempo, hace cinco, o seis años. Sin embargo, extrañamente, ni el paso del tiempo ni la llegada de muchos otros libros a mis manos lograron que el de Sofía Rhei perdiera su lugar privilegiado en el estante central de mi biblioteca; allí donde van los libros que más me gustan, los que más consulto, o los que presto con mayor frecuencia.
Sobrevivió, apretado entre otros volúmenes más grandes, a cada uno de mis episodios de limpieza, en los que regalo, vendo y dono todo, deshaciéndome de libros y libritos sin piedad. (Pienso que habrá persistido por pura obstinación bibliófila, o, quizás, por algún resquicio del instinto por preservar aquellos volúmenes que, en algún momento, me hicieron feliz).
Lo recordé hace poco, cuando mi propia terapeuta me sugirió una lectura, y confirmé que ciertos libros sirven para desenredar algunos nudos propios. Y de nuevo, lo recordé hace unos meses, al entrevistar a la pintora Milagros Pochat sobre su obra Lectoras. De inmediato pensé en la ilustración de esta tapa: una mujer con un libro en la mano es la respuesta a muchas cosas. Las mariposas volando; los problemas, quizás, que se dispersan al leer.
Este es un libro sobre mujeres que leen. Y es, en esencia, un libro sobre libros. Mi género favorito.
“Cada uno de nosotros lee la historia para leerse a sí mismo (…) ¿Existe algo que pueda llegar más adentro, calar más profundamente en el alma que un libro?”
—Espérame en la última página, Sofía Rhei.
Cómo
“Tenía el corazón roto tras una ruptura amorosa, y una amiga me acogió en su casa. Ella es una gran lectora de novela romántica y todas sus paredes estaban cubiertas de libros de ese género. Los lectores no podemos evitar leer, así que fui devorando título tras título de este género que no conocía demasiado, y me encontré con temas y estilos que me interesaron. La novela surgió de manera natural, como una especie de terapia: tenía que dejar salir todo lo que tenía atascado dentro”.
Para describir el género de Espérame en la última página, la autora menciona tradiciones literarias diversas: algo del realismo mágico de García Márquez, lo fantástico de Ray Bradbury y los mundos imaginarios de Ursula K. Le Guin, combinados en una trama de estilo policial, misteriosa y asimismo cálida.
Entre las recomendaciones literarias que se entrelazan en la historia, figuran desde Oscar Wilde a Italo Calvino, Gustave Flaubert y Mary Shelley. “La incorporación de otros libros al texto fue un proceso bastante espontáneo”, explica la autora. “Supongo que al final se configuró un mapa de todo aquello que me había marcado hasta ese momento”.
Cuándo
Le llevó solo unas semanas escribir el primer borrador, un mes la reescritura, y otro el proceso de edición. “La primera versión, cruda, la trabajé a solas. Después la envié a la editorial, y cuando el manuscrito fue aceptado, vinieron los procesos de revisión profesional. Hay algo intuitivo e inexplicable en el momento de decidir sí, esto ya está para enviar. A veces los libros se quedan en el cajón durante años porque no ha llegado ese momento”.
Dónde
“Escribo en mi casa, en la computadora. Trato de hacer unas tres mil palabras al día, aunque a veces no lo consigo. Me gusta cambiar de silla y de lugar de escritura a lo largo del día. Necesito silencio total y suelo tener al lado pipas de girasol y mandarinas. Una infusión, también”.
Por qué
Cuando le pregunto por qué escribe, su respuesta me sacude por lo sencilla. Igual que su prosa, desenredada, seca y transparente, Sofía lo pone en una sola afirmación: “Porque, a pesar de todo lo que se escribe, queda mucho por hacer”.
Queda mucho por hacer.
Nota al pie
Si estás disfrutando del verano y buscás algo liviano para leer, podés conseguir la novela en librerías y en Mercado Libre. También online, en sitios como buscalibre.com.
Yo estoy de vacaciones y aprovechando el tiempo como mejor se debe: leyendo (mucho). Mientras tomo mate y café de filtro, en lo que va del año leí cuatro libros excelentes.
Ruth, de Adriana Riva — novela
El olvido que seremos, de Héctor Abad Faciolince — memoir
El buen nombre, de Jhumpa Lahiri — novela
¿Por qué son tan lindos los caballos?, de Julieta Correa — ¿ensayo? ¿diario? ¿nouvelle fragmentada? ¿si lo defino lo limito?
Muy distintos en sus historias y géneros, todos me impresionaron mucho. Los recomiendo enormemente. Si querés saber más sobre alguno o seguir conversando sobre cuestiones literarias, escribime y hablamos.
Nos leemos estos días. Que tengas un buen domingo 🌻
Un abrazo,
Jessie
Quiero ir a tu próxima limpieza de libros! 😂
Hace poco leí "La biblioteca de los nuevos comienzos" de Michiko Aoyama, muy en sintonía del impacto que tienen los libros en ciertas etapas de la vida 😊