La humedad se impregnaba en el aire frío de Buenos Aires. Llovía fuerte. Y aún así, todos fueron llegando a la librería Te llamaré viernes. Dejaron sus paraguas, y entre saludos y presentaciones se acomodaron en sillas, banquitos y sillones, listos para hacer lo que más nos gusta: conversar sobre literatura.
En el primer encuentro del Club de Lectura hojeamos libros, tomamos vino, y conversamos sobre “Mis días en la librería Morisaki” de Satoshi Yigisawa; un libro que trata sobre otros libros y sobre una librería allá lejos en Japón.
Lo más lindo de Bibliofilia es poder compartir mi pasión por la literatura y por lo que hay detrás de los libros que me gustan con otros lectores inquietos. El Club surgió de ese interés en crear un punto de encuentro en donde poner en común esa bibliofilia [del prefijo biblio y el sufijo filia, amor o afición por los libros].
Gracias por estar acá, leyéndome. Y gracias por venir.
El Club de Lectura virtual también fue una experiencia lindísima (e internacional!). Se sumaron lectoras de México viviendo en Nueva York, hubo lectores conectados desde Denver, Chile y Venezuela, y argentinos de Bahía Blanca, Gran Buenos Aires y Capital. A todos, gracias.
Ahora sí. Hablemos de Juana.
El libro tiene algo de crónica de viaje, de tragedia griega y de comedia. Nada le envidia tampoco al ensayo.
Cuesta abajo es la historia de la caída y la vuelta a la vida de la familia de la periodista argentina Juana Libedinsky. Conrado Tenaglia, su marido, sufre un grave accidente esquiando que lo deja en coma, y mientras los médicos intentan salvarlo por todos los medios posibles—y los familiares y amigos rezan a todos los dioses y en todos los idiomas—Juana lee cuanto libro cae en sus manos. En ellos encuentra la calma, y la manera de rescatarse a sí misma del horror.
Por eso, Cuesta abajo es una novela íntima y también una oda a la literatura: las páginas rebosan de referencias a otros libros y escritores que la acompañan en los momentos terribles. Entre diagnósticos, salas de espera y habitaciones de hospital, Juana leé con voracidad a Agatha Christie y a James Joyce, pasando por Borges y Joan Didion, de quien toma el mantra que la salva: "leer, aprender, elaborar, ir a la literatura".
En una nota anterior entrevisté a Juana específicamente sobre el libro. Por acá podés leer "Cuesta abajo. Tragedia. Libros. Tenis", en donde le pregunto sobre la novela.
Juana escribe desde Nueva York, donde vive desde hace más de diez años. En esta novela transmite con agudeza y ternura lo más terrible que puede pasarle a alguien, y cuando hablamos, me cuenta sobre sus rutinas de trabajo con esa misma frescura y humor que la caracterizan.
En esta conversación, le pregunto cómo, dónde, cuándo, y por qué escribe.
En los sinuosos caminos de la escritura, la acompañan los libros y, por supuesto, el café.
DÓNDE
En la novela contás que escribís las últimas líneas del libro desde un café en Manhattan. ¿Dónde solés escribir?
“Escribo en cualquier café de la esquina de Madison y la 97th St, que es donde mis hijos se suben al bus que los lleva a la escuela. Ahí tengo para elegir: en un día promedio voy a Starbucks, pero si estoy trabada con la escritura prefiero ir a Le Pain Quotidien porque tiene música clásica y los mozos me traen el café muy caliente y la medialuna muy tostada como me gusta, sin interrumpirme para preguntar”.
“Si con la escritura va todo mal voy a Dunkin’ Donuts, porque el café ya viene super dulce, y le agrego aún más azúcar a ver si eso pone mi cabeza a trabajar”.
“Si solo tengo que editar, voy a Da Capo que es un café italiano y mínimo. Tomo el café parada y me hace sentir muy sofisticada, como si fuera alguien que entiende de café. Ahí pido cornetto -la medialuna italiana- en vez de croissant para acompañar”.
“En la televisión de Da Capo vi el mundial 2022 y ganamos. Entonces siento que me va a traer suerte en lo que estoy corrigiendo”.
CÓMO
Juana trabaja en cualquier parte y en cualquier momento—y cuando dice en cualquier parte se lo toma en serio: vive entre Nueva York, Buenos Aires, Bariloche, Londres, Punta del Este y Madrid. En cualquiera de esos lugares, siempre escribe acompañada de un café.
“Solo necesito que no esté tibio, lo que me pasa muchas veces cuando lo pido en Estados Unidos. Eso me desespera tanto que no puedo pensar”.
“En casa me lo vivo recalentando en el microondas”.
CUÁNDO
Mientras atravesaba aquellos meses difíciles, durante el coma de su marido, Juana leía con desesperación y jugaba al tenis para recuperar algunas pequeñas normalidades de su vida anterior. Un amigo psicólogo le había propuesto llevar un diario durante aquellos días turbulentos. Pero solo refugiada en la pausa que significó la pandemia, guiada por lo que ella llama la "actitud de Nora Ephron" y por el entusiasmo que le inspiró una amiga escritora, Juana se sentó a escribir.
Además de los escritores y libros a los que hacés referencia a lo largo de CUESTA ABAJO, ¿qué lecturas te inspiraron a escribir en este estilo narrativo que combina memoir, novela y ensayo?
1. THE END OF YOU LIFE BOOK - WILL SCHWABLE
“Fue un best seller y me lo mostró mi agente literario. Trata sobre un editor cuya madre tiene cáncer terminal. Camino a cada sesión de quimio eligen un libro para discutir entre los dos, en vez de hablar de temas médicos. El autor hace un poco el mismo juego que yo, salvo que yo puedo dar un final feliz más allá del aprendizaje que deja la situación, lo que no es lo usual en este tipo de literatura”.
2. THIS IS NOT A PITY MEMOIR - ABI MORGAN
“Dentro del género del “trauma memoir”, o “memorias del trauma” que se puso tan de moda post pandemia, este libro trata sobre una guionista cuyo marido sale de un coma. Ella, como yo, usa algo de humor en su escritura, pero mientras yo tengo un estilo más seco, ella va por lo brutal”.
3. EL NERVIO ÓPTICO - MARÍA GAINZA
“Dentro de la literatura argentina, me sirvió de inspiración inicial porque va y viene de la crónica al análisis. En su caso, Gainza trata de obras de arte en vez de libros. También hay una doble narrativa, donde una hace avanzar a la otra y eso le da una nueva profundidad al tema, otro matiz”.
Narrás escenas muy duras, en relación al accidente y a todos los otros infortunios que se iban desencadenando en tu vida. Contás también sobre la dificultad de recordar todo ello con claridad. ¿Hablaste con otros para reconstruir tus memorias en el escrito?
“No reconfirmé cada dato con distintas fuentes, en eso el proceso fue diferente a escribir una crónica para un diario. Pero para mí fue muy importante que el médico de Conrado leyera todo el texto antes de mandarlo para publicar. Lo mismo que un queridísimo colega del estudio de mi marido, quien fue un apoyo clave desde el principio”.
POR QUÉ
“Una profesora de esquí en Bariloche nos contó que desde entonces, en el centro de esquí se decía que si Conrado había sobrevivido, era porque tenía un Dios aparte. Conrado cree que probablemente lo tuvo, pero que actuó a través de mucha gente: patrulleros, médicos, enfermeros, familia, amigos. También relaciones circunstanciales: colegas, gente desconocida en las salas de espera.
“Entonces lo que queda es esta gran sensación de agradecimiento. Escribir, y, por lo demás, seguir adelante”.
Recomendaciones
FERIA | Hasta hoy estará abierta la FED, la Feria de Editores, de 14 a 21h en Av. Corrientes 6271, Buenos Aires. Te recomiendo que vayas a conocer a las editoriales—grandes, chicas, independientes e internacionales—que te esperan con muchísimas novedades y libros curiosos que no se suelen ver en las librerías a la calle. Acá podés chequear las charlas y conversatorios con autores.
LIBRO | De la FED me llevé el libro “Esto lo puedo estar inventando” de
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Te mando un abrazo grande y te deseo buenas lecturas.
Nos leemos,
Jessie
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QUISIERA PODER ANOTARME EN ESE CLUB DE LECTURA.
Hola, antes de todo, agradecerte y felicitarte, por el encuentro. Hace años que venia buscando un lugar como este del club de lectura., tanta virtualidad tecnológica hicieron perder estos espacios presenciales y de encuentro y palabras cara a cara , diría humano, atento a que pronto no sabremos si es real o IA , je. Bueno espero el próximo, y tu nos dirás donde dejamos las sugerencias de libros. Saludos